Google y los sistemas con “retrospectiva”

Aprender de nuestros errores y tratar de mejorar a partir de ellos es algo que como seres humanos hacemos con cierta naturalidad, pero cuando hablamos de ordenadores y servidores, la cosa no es tan sencilla. Sin embargo, un equipo especializado de la Universidad de Tel Aviv se encuentra trabajando en un algoritmo que sería capaz de enseñar a diferentes sistemas que tomen en cuenta experiencias pasadas, que aprendan de ellas, y que reaccionen de forma más eficiente en consecuencia. Al parecer, la idea del algoritmo es tan atractiva, que incluso Google ha decidido invertir en ella.

Tarde o temprano, sabemos por experiencia personal lo que pueden provocar cosas como el fuego o la electricidad, pero fundamentalmente, aprendemos de dicha experiencia. Esto se puede ampliar a muchas otras circunstancias, aunque en materia de ordenadores, nada de eso sucede. Por ejemplo, si un ordenador se cuelga dos veces seguidas de la misma forma, no hay nada que permita cierto “aprendizaje” de su parte, que le permita impedir la aparición de un nuevo cuelgue. Esta situación puede encontrarse en casos como un exceso de tráfico Web, una demanda repentina de datos en una red interna, o un servidor que se ve masacrado con solicitudes de las terminales. Dicho de otra forma, un sistema no puede “mirar hacia atrás” y aprender de aquello que ya experimentó... o al menos, eso es lo que se creía.

Servidores y sistemas podrían ser mucho más eficientes y aprendieran de ocasiones previas y anticiparan consecuencias, una idea que a Google le agrada

El profesor Yishay Mansour de la Universidad de Tel Aviv presentó a principios de este año un proyecto a través del cual, según sus propias palabras, los sistemas podrán“reducir su pesar”. Si de alguna forma todos los sistemas de enrutamiento, servidores y puntos de acceso de la Web lograran evaluar cualquier variable o condición de forma anticipada, podrían volverse mucho más eficientes por medio de la asignación de prioridades, la administración de solicitudes, y la distribución de tráfico. Esto llegaría a través de un avanzado algoritmo que podrá alterar la forma en la cual los sistemas toman decisiones, y también adaptarse a nuevas condiciones, por lo cual el algoritmo también tiene la capacidad de “aprender”, todo esto en tiempo real.

El gigante de Mountain View se ha visto particularmente interesado en este algoritmo, y en la forma en la que podría ser implementado en sus servicios, especialmente sobre aquellos que generan grandes ingresos para Google, como AdWords y AdSense. La suma invertida por parte de Google no ha sido revelada, pero de todas formas, este proyecto tiene el potencial para cambiar muchas cosas en la Web tal y como la conocemos hoy. Una red menos congestionada, con una operación más dinámica y una mayor eficiencia es algo que sin dudas suena bien, aunque aquellos con una visión un poco más apocalíptica de la informática del futuro tendrán una razón más para preocuparse.